lunes, 4 de junio de 2007

All around Scotland

Día 1: Nuestro viaje comenzó despidiendonos de Pablito, a Peri no nos dió tiempo a verle, y llendo a la estación de tren. Llegamos a Bristol y allí cogímos el avión a Gales donde nos recogió el gallego en el super focus que habíamos alquilado.

Estubimos viendo esa tarde un poco Glasgow (que es muy feo) y cenamos en un bufet asiatico(era bueno, pero nunca comais comida china hasta reventar, nos destrozó el estómago) y nos fuimos al hostal, que no estaba mal, tenía bar y nos tomamos Cristobal y yo 3 copas de whisky escoces y jugamos unos billares (tuvo suerte y me ganó), fuimos fuera a fumar un cigarro y a hacerles unas fotos a 2 puentes ilumiknados que había, cuando nos vino la policia y nos dijo... this is a dangerous place, be careful!!! y nos fuimos a dormir en unas camas un poco incómodas que sonaban al moverte y que reventaban espaldas.

Día 2: A la mañana siguiente tomamos rumbo a New Lanark, un pueblo donde había una empresa algodonera de un tal Owen, que por lo visto fue la primera cooperativa, y donde primero se dieron la seguridad social y una de las cunas del comunismo. Por ello es patrimonio de la humanidad, hay que joderse...

Visitamos también Fort William, que creíamos que estaría bien, pero al final no hubo nada importante.

Ese día dormimos en un hostal que estuvo muy bien y creimos que sería el mejor del viaje, allí una alemana vino a hablar con Vero, Cristo y conmigo un montón de rato.

El tercer día fuimos a un publo llamado Fort Augustus, muy bonito, en cullo río, para pasar los barcos de un lado a otro utilizan presas y las llenan y las bacían para conseguirlo. Y allí estaba el famoso Lago Ness, lo vimos desde un barco equipado con ploters y demás artilugios para ver lo que había debajo (con el fin de buscar a Nessy, que por cierto, un niño dijo unos días despues que la había visto y tenía fotos de ella), el lago era muy bonito, pero como muchos otros lagos de escocia, nada especial. Lo mejor fue que en ese pueblo descubrimos el Scotish breakfast (salchichas, huevo, morcilla, pan frito, bacon y no se que más, riquísimo). En la tienda del monstruo del lago ness compramos unas pelucas de Jimmy.

Despues fuimos a ver el Fort George, un fuerte militar muy bonitocon mucho verde, mar, y en fin, de foto, pero llovía mucho y hacía mucho viento y no lo podímos disfrutar. Fue muy gracioso porque al museo del fuerte entramos con las pelucas y la señora se quedó flipando y dijo "o Dios mio! cuantos Jimmys!!"

Fuimos camino de las ruta del whisky y buscamos un sitio donde dormir, y aunque nos costó un poco encontramos una casa donde alquilaban una habitación con 4 camas, baño y cuarto de estar para nosotros, toda la habitación morada, hasta el papel del baño, el jabón y las toallas... allí cenamos muy bien aunque casi nos cierran el restaurante antes de llegar. Despues de cenar el gallego pidió un whisky y pidió uno tan bueno que le dieron uno a palo seco, sin hielo y sin nada, pero la verdad esque estaba bastante bueno y despues nos tomamos un Famous Grouse con cola y agusto nos fuimops a dormir. (no sabeis las lamparas más chulas que tenían en la casa, como las de la abuela gallega, se encendían con tocarlas...)

Día 4: Tras el gran desayuno escoces que nos preparó la señora de la casa nos dirijimos a la destilería de Cardhu, estubo muy chulo y luego nos tomamos cada uno una copita a la que nos invitaban. Esa también era la destilería de Johny Walker.

Posteriormente fuimos al Blair Castle, en el que caimos por casualidad buscando cualquier castillo que nos quedase cerca, y que resulto ser el más visitado de toda escocia! Era un castillo de un tío muy feo, pero el castillo estubo chulo, aunque a Vero no le gusto mucho porque tenían mogollón de cabezas de ciervo en las paredes.

Fuimos a dormir en Edinburgo en un hostal que aunque un pelín sucio, pero estaba muy bien y el sitio era precioso, era como una casa antigua al lado del mar y con verde a sus alrededores.

Día 5: Visitamos Edinburgo, nos acercó un autobús del hostal con un conductor que se creía Carlos Sainz (vaya acojone). Es una ciudad muy bonita, vimos esa tarde allí unas casas subterraneas que se dieron en la época de la peste (curioso) y cansado nos volvimos al hostal.

Día 6: Nos levantamos a las 4:30 para ir al aeropuerto, y de allí en avíon a Bristol, donde Cristo y yo nos arrepentimos de haber cojigido el tren a Plymouth a las 8 (habiendo llegado a Bristol a las 11 de la mañana) así que solo vimos un rato la ciudad, luego nos bebimos unas birras, comimos y nos fuimos a tumbarnos a un parque las siguientes 5 horas. Allí conocimos a una negrita muy simpática (a la que le molaba Cristo) que no paraba de dar bolteretas, correr, jugar al frisbee... despues de eso nos cogimos el tren y vinimos lo antes que pudimos a Plymouth, no sin antes ver en el tren a un señor que se montó sin camiseta y en lugar de pantalones una cortina enrollada en la cintura y descalzo con un maletín en la mano (la señora con la que se sentó se cambió de sitio) esto solo se puede ver en Inglatera!!!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

contre soy tini eres un cansino que no sabe escribir practica en el_xl_tini@hotmail.com

Anónimo dijo...

Querido amigo del alma,

Te desearía lo mejor si no fuera porque el calor del sombrero que sostiene mi largo cuello me impide pensar con lucidez. A veces, cuando miro la copa de martini que descansa a mi lado, pienso si no sería mejor que me hubiera ahogado aquel día en el cuenco de punch de aquella horrible fiesta.
Te pediría disculpas por mi falta de claridad, pero es que he pasado tan mala noche que no tengo fuerzas para hacerlo, creo que ni las olas de la marejadilla hacen tanto ruido como el que ahora se produce en mi delicada cabecita rubia, que no sirve para nada más que para sostener sombreros. La verdad es que no tengo idea de cómo puedo estar atinando tan bien las teclas de este extraño electrodoméstico.
Creo que lo mejor será irme de shopping a gastar con mi tarjeta de crédito alguna suma desorbitada, una que la gente de a pie no verá ni en toda su vida, será una buena forma de satisfacer profundamente mi ego.

Siempre tuya,
Pamela